lunes, 29 de enero de 2007

¿El mar no se marea?

El hecho de que el mar no se maree aún mantiene a los sabios en la cuerda floja; son tantas las dudas, los agujeros negros del conocimiento, lo que creemos saber y resulta incierto: “Todo lo que decían nuestros padres que era bueno es malo: el sol, la leche, la carne poco hecha, la universidad...”, afirma Woody Allen en Annie Hall.
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Pues eso: ¿quién es el que lleva a los primeros conductores de metro y autobús a sus puestos de trabajo? Qué poco sabemos, ¿alguien sabe definir la palabra “hosting” o “ripear” sin emplear a su vez términos incomprensibles?
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¿Alguno de vosotros ha visto a algún camarero tomarse el café a la temperatura que ellos lo sirven? ¿Dónde van los libros que no se devuelven? ¿Cuándo celebran su cumpleaños los nacidos el 29 de febrero? ¿Cómo es posible que un tipo nacido en Madrid a las doce y media de la noche del 21 de diciembre sea Capricornio y uno nacido a la misma hora, pero en Canarias, sea Sagitario? ¿No están todos los astros en el mismo sitio? ¿Es que un huso horario cambia el carácter y el destino y el tamaño, que por cierto no importa? E insisto: qué carajo es un hosting, cuánto pesa, ¿hay tallas de hosting?
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Son tantas las dudas, es tan largo el lunes y tan corto el viernes por la noche, sentado en casa con un gin tonic después de la cena... Pero mejor no sigo por ahí, o acabaré ripeándome el hosting (y sin darme cuenta, que es lo peor). Claro, que me hago estas preguntas por ser Sagicornio, o Capitauro, yo qué sé.

3 comentarios:

El Autor dijo...

Grandes dudas de la humanidad!

Y tu última imagen del Gin Tonic me trae a la cabeza algo que ya he pensado en otras ocasiones. Si la cerveza es algo a lo que hay que acostumbrarse para pillarle el gusto... ¿Porqué su inventor no tiró la primera cerveza a la basura? Es más... ¿Cómo consiguió convencer al resto de que, tras probarla, cien veces no estaba tan mala? Debia ser, sin duda, alguien muy persistente.

Y eso es todo lo que tengo que decir!
:-P

Anónimo dijo...

Eso por no hablar de la tónica en sí, que se las trae; no cien sino mil veces la tienes que engullir para llegar a disfrutarla. El gin tonic, ya junto, es cosa distinta.

Y es que, realmente, los hay muy persistentes.

La Madre Superiora dijo...

Las dudas. El proceloso mundo del por qué. Te imagino con el gin tonic del viernes (yo tambien) o probando cerveza tras cerveza a ver si le coges el tranquillo, sánchez. Y preguntandonos al unisono, ¿hasta donde llegan los globos de los niños cuando se les escapan de las manos? y los besos que no damos (como diria mi amigo Victor Manuel). Vete tu a saber.
Con el vaso en la mano y el pedo de pacharan del lunes, lo unico que puedo preguntarme es... ¿Por qué cojones no me cabe el sofá que me gusta en mi puto salon?. Tendré que buscar otra medida... que se acople a mis necesidades.