jueves, 18 de enero de 2007

Las pasiones fingidas

En el bar han cambiado de proveedor, tanto de carne como de pescado. Yo no como pescado, porque soy un caballero y considero que comerse algo que ha estado tanto tiempo en el agua sin arrugarse no es propio de un señor del siglo XXI, aunque no me parece mal, en eso no me meto, que nuestros ancestros se agacharan junto a los ríos a sacar salmones y truchas, o lo que quiera que sacaran (botas roídas, latas vacías, yo qué sé).
.
Pero, en fin, que han cambiado de proveedor, y el camarero, un chico joven que parece lavarse el pelo todos los días y que es soportable siempre que su hormona no detecte señoras cerca, me ha avisado: “Hemos cambiado de proveedor”; “ponme un Rioja entonces”, he respondido.
.
¿Para qué iba a decirle que llevo años sin sentido del gusto, y que todo lo salpimento hasta la extenuación para que los sabores se abran paso entre la niebla del Ducados? Para nada, esfuerzo inútil, así que he asentido y me he tomado el vino y un cigarro mientras el cocinero trabajaba con el nuevo género.
.
Y esta confesión, que admito aquí porque ya me han dicho que los blogs apenas se leen como algo íntimo y de todas formas algo tengo que contar, me viene al pelo para lanzar el pensamiento de hoy: se puede vivir sin sentido del gusto, o sea, sin pasiones, o mejor dicho: inventándose las pasiones, fingiéndolas, del mismo modo que yo finjo que el filete de ternera de hoy sabía mejor que el de ayer (ambos me han sabido, simplemente, a sal). Finjo las pasiones, sí, proclamo, ya no me escondo, lo hago como lo hacía el Quijote, que estoy convencido de que ni quería ser caballero andante ni nada, pero algo tendría que hacer el hombre, aburrido ya de leer los mismos libros y con la sobrina y el ama dando la tabarra todo el día en casa.
.
Él se hizo caballero andante; yo, en cambio, me he hecho bloggero. Pero eso sí: los dos con la misma triste figura.
.
PD: Detrás de cada parchís, hay una oca.
PD2: Visitad larevelacion.com, que es la hostia, coño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque parezca increible, por muchos años que haga ya desde la última vez que apreciaste el sabor de un buen chuletón, el gusto se recupera... y se recupera demasiado pronto. De hecho yo ya tengo de nuevo gusto, el único problema es que ahora que saboreo no fumo y a mi me gusta el sabor del tabaco... Así que odio leer cosas como la que has escrito porque para una ex fumadora es una clara incitación a salir a la puerta de esta ¿redacción? y fumarme un cigarro. Como mi fuerza de voluntad me lo impide, me voy a tomar un trozo de chocolate. Al final tendre los pulmones muy sanos, pero los pantalones tres tallas más grandes!!!
Por cierto: www.fotolog.com/energia544 (no esperes leer nada interesante, pero a veces te ries)

Anónimo dijo...

Espero que conserves el gusto suficiente para seguir apreciando unas buenas lentejas, hombre, que eso es de ser un señor. La ternera, mientras que no tenga los hoyitos encima de las caderas, pues como que da lo mismo; ¿no?

Anónimo dijo...

Que conste que me ha sentado fatal ese comentario, de una anónima con la que me encantaría mantener una charla para ver que tan interesante es ella. En segundo lugar, si sólo se rie a veces va a ser que es una persona con poco humor cuya vida es un coñazo y como consecuencia de este aburrimiento pasa, sin pena ni gloria, por un blog al que, seguro, no la han invitado. Que te follen anónima, Ana.
Un beso Manu, te sigo leyendo crack