viernes, 2 de marzo de 2007

Poema XIV de Resistencia en la Puente

Se deslizan las palabras,
escurridizas,
sobre los versos de Neruda.
Ese tío era capaz de quitarle el velo a lo que veía
y descubrir las orquestas aéreas bajo las que danzamos.

Baroja caminaba por las novelas
despreocupado por el que quedaba atrás,
como un péndulo inexorable
que narraba y narraba arrasando campos, escaparates y vidas.
Sabía contarlo todo de un golpe,
con ritmo de carnicero cortando ternera.

Bukowski no edulcoraba los postres.
En él todo era plato fuerte.
Pocos como él han sido tan certeros
a la hora de vaticinar lo que nos íbamos a encontrar aquí.
Decía que escuchaba la música de los siglos.
¡Y la escuchaba, sí, rodeado de sordos!

Estos tipos no parecen de nuestra misma raza.
Observo los telediarios,
salgo a las calles,
a los bares,
a los parques,
a las radios...
No queda gente así,
sólo dementes desenfocados
rumiando mierda.

Los escritores están muertos;
los dioses se marcharon a otro planeta;
ya no quedan
camareros discretos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...versos y palabras como balas. Aquí los anteojos de Angelcaido!! ...un poquito de luz y "resistensia" que se agradece poder compartir desde la seca Almería.

El Autor dijo...

Si quede quedamos!!

jejeje

Un besote!!