martes, 10 de abril de 2007

Tercera persona del plural (Inéditos)

Los demás, los demás, todos, los otros
practican el medievo por las calles.
Festejan deidades
de madera.
Dedican sus cantares
ahogados
a trozos de escayola,
a telas de colores,
a velas que chorrean.
Piensan que, de algún modo, sus vidas dependen de ello:
su suerte, sus trabajos,
sus matrimonios,
sus patrimonios,
sus cuerpos,
sanos o no.
Tienen miedo de la muerte.
Les han enseñado a vivir así.

Que practiquen el medievo,
que canten,
que sigan con su miedo.
Lo mismo me da
mientras no me molesten.

Estoy encerrado en casa.
Pero mi sensación
es la de que yo los tengo encerrados a ellos,
encerrados fuera,
lejos de mí,
mientras escribo,
bebo,
como,
veo cine,
fumo cigarros...

Ajeno a sus dolencias.
Con las mías propias.

Y que nada tienen que ver con las suyas.

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